viernes, 19 de noviembre de 2010

intervenciones quirurgicas corporales:

Intervenciones quirúrgicas corporales 
Mamoplastia de aumento

La mamoplastia de aumento es un procedimiento quirúrgico que aumenta el tamaño y la forma de las mamas. Son indicados para este tipo de cirugía los senos pequeños o asimétricos. La intervención se acompaña de la inserción de implantes (o prótesis) con cubierta de silicona y relleno de agua y sal (solución salina) por detrás de la mama.
Los implantes se colocan directamente bajo el tejido mamario o bajo los músculos de la pared del tórax. La cirugía suele realizarse de forma ambulatoria con anestesia general o local con sedación. Por lo general, el procedimiento dura una o dos horas. El aumento de pecho puede combinarse con estiramiento y elevación del mismo.

Efectos secundarios y riesgos

Tras la cirugía, la paciente experimenta hipersensibilidad, hinchazón y hematomas. Es posible que el pezón y otras áreas de la mama muestren una sensibilidad temporalmente alterada y la mama operada sea dolorosa a la presión.
Entre sus riesgos se encuentra la contractura capsular, que requiere cirugía para liberar la cicatriz así como la extracción del implante. La ruptura del implante precisará extracción o sustitución. Otras complicaciones son la hemorragia, la infección, la mala posición del implan­te, el ondulamiento secundario del implan­te de solución salina y la alteración permanente de la sensibilidad del pezón y otras áreas de la mama.
Aunque las pacientes pueden reanudar sus actividades en unos pocos días o una semana, la hipersensibilidad mamaria durará hasta tres semanas. Las cicatrices desaparecerán con el tiempo, pero nunca por completo.
La duración de la mejoría es variable y puede que un implante tenga que ser extraído o reem­­plazado al cabo de unos años. En estos casos, las mamografías son un tanto especiales y la ecografía resulta muy útil en la exploración de la mama así como del implante.

Mastopexia

El embarazo, la lactancia y el proceso de envejecimiento pasan factura a los pechos de la mujer, que pierden su forma y firmeza y tienen tendencia a colgar. La elevación y la fijación de la mama es un procedimiento que eleva y mejora la forma de los senos y, si se desea, reduce el tamaño de la aréola.
Esta técnica implica una resección del exceso de piel y el reposicionamiento del tejido mamario y los pezones. Las mejores candidatas son las mujeres con pechos pequeños, ligeramente colgantes. Aunque pueden operarse senos de todos los tamaños, los de gran volumen y mucho peso son los menos agradecidos. La intervención dura entre una y tres horas y por lo general se realiza de forma ambulatoria, si bien no es infrecuente el ingreso durante uno o dos días en una clínica. La anestesia suele ser general o local con sedación.

Efectos secundarios y riesgos

El dolor, los hematomas, la hinchazón, la hipersensibilidad, el entumecimiento y la sequedad de la piel de las mamas son efectos secundarios temporales frecuentes tras la cirugía, pero casi siempre el malestar es moderado.
Los riesgos de esta intervención son la hemorragia, la infección, las cicatrices hipertróficas (aumentadas de tamaño) y la asimetría de las mamas así como de la posición de los pezones.
Las pacientes pueden volver a sus actividades en una semana o diez días y en un mes la recuperación física se ha completado. Las cicatrices son permanentes, pero están disimuladas y cada vez son menos visibles en el plazo de un año.
La duración de los resultados es variable. Factores como el embarazo, la edad, las fluctuaciones del peso y el tamaño de las mamas afectan a la duración de la mejoría tras la intervención.

Liposucción

La liposucción es un procedimiento quirúrgico que ayuda a mejorar la silueta corporal por medio de la extracción de la grasa depositada en áreas específicas, entre las que se encuentran el abdomen, las caderas, los muslos, las rodillas, los brazos, debajo de la barbilla, las mejillas y el cuello. Sin embargo, aunque la liposucción no es un sustituto de una buena alimentación ni del ejercicio, sí elimina determinadas acumulaciones de grasa que no responden a los métodos tradicionales de pérdida de peso.

¿Quién puede hacerse una liposucción?

Para ser una buena candidata a la liposucción hay que tener unas expectativas realistas sobre lo que esta técnica puede hacer o no. Así, las mejores candidatas a la liposucción son las personas con peso normal, una piel firme y elástica, que tienen acumulación de grasa en ciertas áreas. La salud física, la estabilidad psicológica y unas expectativas realistas facilitan el éxito.
La edad prácticamente carece de importancia, aunque las personas de más edad tienen una menor elasticidad cutánea y por lo general no consiguen los mismos resultados que las personas más jóvenes con una piel más tersa.

Antes de la cirugía

En la consulta inicial, el cirujano evaluará el estado de salud, determinará dónde hay depósitos de grasa y examinará las características de la piel. El cirujano también determinará qué método es el más apropiado. Asimismo, es importante comentar en detalle los riesgos y las limitaciones de este procedimiento. El cirujano proporcionará instrucciones específicas sobre la preparación para la cirugía con recomendaciones sobre alimentación y bebida, tabaco, administración o no de vitaminas, suplementos de hierro y determinadas medicaciones.

La cirugía

La liposucción puede ser realizada en la misma consulta del cirujano (si está preparada adecuadamente), en un centro quirúrgico de día o en un hospital. La liposucción de pequeño volumen suele realizarse de forma ambulatoria, por razones de coste y conveniencia, de manera que la paciente puede volver a su casa el mismo día de la intervención. Sin embargo, si hay que extraer un gran volumen de grasa o si la liposucción se realiza conjuntamente con otros procedimientos, es recomendable una estancia corta en el hospital de 24 horas, por ejemplo.
  • Anestesia para la liposucción. Para la liposucción hay varios tipos de anestesia. En función de la técnica quirúrgica empleada, se elige uno u otro, el que proporcione el máximo nivel de seguridad y eficacia, así como de comodidad:
  • Anestesia local, si se va a extraer una pequeña cantidad de grasa y se va a realizar en pocas zonas. Anestesia local junto con sedación intravenosa para una mayor relajación durante la intervención.
  • Anestesia regional (epidural) para intervenciones más extensas.
  • Anestesia general, si se ha de extraer un gran volumen de grasa.
  • La técnica quirúrgica. El tiempo necesario para realizar la liposucción varía considerablemente en función del tamaño de la zona, la cantidad de grasa a extraer, el tipo de anestesia que se aplique y la técnica que se emplee. A través de una pequeña incisión se inserta un tubo fino o cánula y se usa una «aspiradora» para vaciar de grasa el tejido celular subcutáneo donde se encuentra la grasa. Se mueve la cánula hacia delante y hacia atrás en el interior del depósito de grasa para romper las células y succionarlas al exterior. La succión la proporciona una bomba de vacío o una jeringuilla de gran tamaño, dependiendo de las preferencias del cirujano. Junto con la grasa se extrae líquido, el cual es fundamental reemplazar durante la intervención para prevenir el shock.

Efectos secundarios y riesgos

Por lo general, la liposucción es segura, siempre y cuando la paciente esté en condiciones, el equipamiento quirúrgico sea el apropiado y el especialista, el cirujano plástico, tenga la suficiente experiencia. Sin embargo, aun con las mejores garantías, nunca se llega al cien por cien de seguridad. Aunque son raras, puede haber complicaciones: el riesgo aumenta si la cantidad de grasa y líquido que se va a extraer es elevada, si se van a tratar muchas áreas a la vez o si el tiempo de la intervención es muy prolongado.
Las principales complicaciones de la liposucción son las siguientes:
  • Infección.
  • Retrasos en la curación.
  • Formación de coágulos o trombos sanguíneos que pueden desplazarse hasta los pulmones y causar la muerte.
  • Shock por excesiva pérdida de líquido.
  • Quemaduras por fricción.
  • Otras lesiones cutáneas, de los nervios locales o lesiones por perforación de órganos vitales.
  • Reacciones secundarias a los fármacos.
  • Cicatrices antiestéticas.

Tras la cirugía

Después de la cirugía se puede observar cierto drenaje de líquido por las incisiones. En ocasiones se deja un pequeño tubo de drenaje insertado en las incisiones durante un par de días para prevenir la acumulación de líquido. Con el fin de reducir la hinchazón y ayudar a la piel a adaptarse al nuevo contorno del cuerpo, suele recomendarse el empleo de algún tipo de complemento elástico (medias, faja, etc.) sobre el área tratada durante las primeras semanas. Se pueden emplear antibióticos para prevenir las infecciones en los primeros días; analgésicos para aliviar el dolor y otras molestias.

Volviendo a la normalidad

La curación es un proceso gradual. Lo más normal es empezar a caminar lo antes posible para reducir la hinchazón y ayudar a prevenir los
coágulos sanguíneos que pueden formarse en las piernas. A los pocos días de la intervención ya es posible reanudar las actividades cotidianas y, en una semana o dos, recuperar la normalidad física casi total. A los siete o diez días de la cirugía se retiran los puntos de sutura o se desprenden por sí solos. Durante un mes o más el organismo sigue manteniendo el proceso de curación, si bien los hematomas y la hinchazón empiezan a desaparecer hacia las tres semanas. En algunos casos, puede persistir cierta hinchazón hasta seis meses o más.

Hay que visitar al médico en el momento en que aparezca algún síntoma fuera de lo normal: una hemorragia importante, por ejemplo, un súbito aumento de dolor o cualquier otra situación que haga precisa la consulta con el especialista.

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